Trazos dorados emergen entre veladuras oscuras y claros profundos, como destellos que habitan en lo interior. La obra evoca la esencia invisible que se expande y se transforma, un resplandor íntimo que revela la fuerza silenciosa de lo eterno.
Observación: El diseño puede presentar ligeras variaciones en su composición según la medida elegida, conservando siempre la esencia de la obra.
