Datos curiosos de ELEGART
1. El origen del nombre
El nombre ELEGART nació de la unión de dos palabras que nos definen: Elegancia y Arte. Fue la forma más natural y honesta de expresar lo que hacemos: transformar espacios comunes en lugares con carácter propio.
2. “Arte en serio”
Nuestro lema nació durante una conversación en la que hablábamos sobre cómo muchas personas suelen comprar impresiones decorativas solo para llenar un espacio y llamarlo "arte". En contraste, nuestras obras pintadas a mano evocan sensaciones que ninguna impresión puede igualar. En medio de esa charla, alguien resumió la idea con una frase sencilla: “Esto sí es arte en serio”. Desde entonces, esas palabras se convirtieron en parte inseparable de nuestra identidad.
3. Conversaciones que se vuelven arte
Muchos de nuestros cuadros han nacido de charlas casuales con clientes. Una anécdota familiar, un recuerdo de viaje o incluso un color mencionado al azar han terminado inspirando obras completas.
4. El taller siempre huele a óleo
Quien visita nuestro espacio lo nota enseguida: ese aroma intenso y particular a óleo fresco. Es un olor que impregna la memoria, y para nosotros significa que la creación nunca se detiene.
5. Destinos inesperados
Varias de nuestras piezas han terminado habitando lugares sorprendentes: desde oficinas en rascacielos hasta casas de playa frente al mar. Nunca sabemos con certeza dónde terminará una obra, pero siempre parece encontrar el espacio que la estaba esperando.
6. La primera obra personalizada
Nuestro primer cuadro personalizado no fue planeado. Un cliente pidió “solo un pequeño cambio de color”. Esa petición mínima se convirtió en un punto de no retorno: descubrimos que no solo pintábamos cuadros, sino que podíamos darle forma a la esencia de cada persona. Desde entonces, nada volvió a ser un “cuadro estándar”; cada obra se convirtió en un retrato del alma.
7. El nombre de las obras
Durante mucho tiempo, nuestras obras no tenían nombre. Era el cliente quien simplemente elegía la que le gustaba y la hacía suya. Decidimos comenzar a nombrarlas porque descubrimos que un título puede abrir la puerta a un significado más profundo y ayudar a conectar mejor con la pieza.
8. Títulos inesperados
Algunas de nuestras obras encontraron su nombre en las palabras de quienes las contemplaron por primera vez. Aunque el artista tiene una intención al crear, es el cliente quien a veces descubre una emoción distinta y le da un título inesperado. De hecho, algunas de nuestras piezas más reconocidas, como Colisión de universos, nacieron gracias a esas interpretaciones.
9. De prueba a parte de nuestra historia
Este artículo nació como una simple prueba para visualizar la estética de la página. Sin embargo, al leerlo, al equipo le gustó tanto que decidimos dejarlo como parte de nuestro contenido. Lo que empezó como un ensayo terminó convirtiéndose en un reflejo sincero de quiénes somos.